¿Negocios de ciencia ficción u oportunidades de futuro?
Aprovechando que salimos al mercado con el número 200 de nuestra revista nos hemos preguntado cómo será el mundo cuando lancemos el número 400, dentro de algo más de quince años. Cuando Emprendedores salió al mercado nadie de la redacción tenía acceso a Internet en su ordenador, muy pocos tenían móviles (por supuesto los smartphones ni existían) y los colaboradores se pasaban por la redacción para entregar el tema del mes, en un disquete que los más jóvenes ni siquiera han visto en su vida.
Resulta apasionante pensar cuánto han cambiado nuestras vidas, desde el punto de vista profesional y personal, gracias a las tecnologías. Nos han hecho la vida más fácil, sin duda. Nos han permitido acceder a una inmensa cantidad de fuentes de información a las que antes no teníamos acceso más que acudiendo a una biblioteca. Hablar con personas a miles de kilómetros de distancia a las que ni siquiera conocemos personalmente, pero que forman parte de nuestro círculo de “conocidos”. Nos informan, nos guían, nos entretienen… ¿Puede haber un cambio tan grande en los próximos quince años como el que hemos vivido con la llegada de internet? ¿Qué oportunidades traerá este cambio?¿Qué negocios se quedarán en la cuneta?
Responder a estas preguntas hoy es prácticamente imposible: nos quedaremos cortos, fijo. Pero podemos intentar hacer una aproximación certera a partir de las tecnologías que se están desarrollando ya y que ofrecen ventajas en costes y eficiencia energética o que resuelven problemas reales de la sociedad actual como para considerar que van a tener una demanda importante en diez o quince años.
Entre las tendencias que responden a estas tres necesidades están sin duda tres: la robótica, la impresión 3D y el futuro de la movilidad, que no se queda en las tablets ni en los móviles (esto es presente) sino en las gafas inteligentes y otros accesorios para llevar puestos. Y las ciudades inteligentes, claro.
Como esto es una revista de empresas, me voy a centrar en cómo cambiarán los negocios (oportunidades para quien las sepa ver) todas estas novedades tecnológicas:
La robótica
Los robots inteligentes, que sepan interactuar con el medio y no de forma mecánica como lo que hemos visto hasta ahora en los procesos de producción industrial, ya existen. Hace ya cuatro años que Toyota presentó su robot humanoide (http://www.youtube.com/watch?v=mmabKC1P51A). En España hay una empresa (pyme) que desarrolla robots para ocio (Aisoy Robotics) basados en inteligencia artificial con capacidad para evolucionar de forma única en función de las vivencias que tienen, igualito que vimos en la película de Inteligencia Artificial. Este tipo de robots con capacidades emocionales casi humanas serán quienes resuelvan el gap de cuidar a una población envejecida: en 2030 la mitad de la población tendrá más de sesenta años.
Falta que esta tecnología se pueda fabricar a precios bajos para que se extienda y se convierta en un artículo de masas, como ahora lo son los móviles. Pero ya hay versiones de este futuro que se han instalado en nuestras casas casi sin darnos cuenta, como los robots aspiradores o los corta césped de los que os hablé ya hace unos meses en esta noticia (http://www.emprendedores.es/gestion/noticias/robotica).
La otra revolución de la robótica llega por los drones. Hemos visto ya hace tiempo que Amazon los utiliza en sus almacenes de logística (https://www.youtube.com/watch?v=lWsMdN7HMuA) y su propuesta para realizar envíos a domicilio (http://www.amazon.com/b?node=8037720011) que nos resulta algo compleja ahora mismo por las implicaciones legales que podría tener la ocupación del espacio público por parte de pequeños dispositivos volantes en el espacio. Pero, ¿y si esos drones los utilizamos en espacios privados? Ahí están trabajando ya empresas españolas (pymes) que ven la organización de grandes espacios privados como las plantas de logística con drones enviados de un punto a otro para agilizar los procesos productivos (nada que objetar).
La impresión 3D o fabricación aditiva
Otra revolución brutal que ya se está gestando y que tiene pendiente una reducción de los costes productivos para convertirse en algo estandarizado en muchas empresas. De momento, ya se emplea de forma masiva en la fabricación de dientes y prótesis dentales (que son productos que requieren una personalización total). Por la personalización de productos hay una enorme oportunidad en este campo porque ahí sí resulta más barato. Pero tiene otras aplicaciones apasionantes. Por ejemplo, imagina que quieres lanzar un nuevo producto y que antes de invertir en todo el proceso de fabricación que conlleva puedes testarlo en el mercado con prototipos hechos con impresión 3D. Esto ya es posible. O que quieres enviar un nuevo motor de un avión a un punto muy lejano del Planeta, envías el prototipo por email a una impresora 3D, lo fabrica en el lugar y lo tiene sin necesidad de invertir en logística. Esto también es posible y GE ya está trabajando por esa línea.
Si hace quince años nadie podría pensar en enviar un reportaje por email, ahora nos puede parecer imposible enviar un producto por ese canal, pero la tecnología existe.
Movilidad y sociedad conectada
La otra gran revolución vendrá por la conexión de todo tipo de artículos a Internet y la gestión de los millones de datos que se generarán para hacerlo posible. Incluso nuestro propio cuerpo estará conectado por sensores introducidos en la piel y por complementos de moda que podamos llevar encima para estar conectados sin necesidad de renunciar a nuestras manos: las gafas inteligentes y la ropa inteligente.
Esto es un nicho que orientado al gran público lleva explotando hace mucho el emprendedor español Xavier Verdaguer y que hemos contado ya en la revista (http://www.emprendedores.es/casos-de-exito/15-empresas-de-futuro/15-empresas-de-futuro-3), pero esto fue antes de las Google Glass y no nos habíamos planteado su aplicación para el mundo de la empresa, que es lo que sí han hecho en Zerintia. A dos días de entrevistar a sus responsables me cuentan que Prosegur empieza a utilizar las Google Glass en la línea que los responsables de esta pyme me han contado. Como herramienta de control de seguridad.
El mismo día leo en la prensa que la propietaria de Ray-Ban diseñará gafas inteligentes para los consumidores que quieran disponer de esta forma de conexión con modelos más cool. Se va configurando el trinomio de bueno-bonito y barato para convertirlos en objetos de masas. Y todavía no han salido al mercado. Todo va más deprisa de lo que parece.
0 comentarios:
Publicar un comentario