Alquiler de accesorios de moda – Idea de negocio
Muchas persona sueñan con llevar accesorios de moda de grandes marcas, pero no pueden permitírselo por el costo. Por eso proponemos como idea de negocio la posibilidad de un alquiler de accesorios de moda. Bien planteado, podría convertirse en un negocio muy rentable, en un mundo donde la imagen suele tener mucha importancia.
Imagen de lujo, pero no hay dinero
La crisis de la deuda que está afectando tan duramente tanto Estados Unidos como Europa ha demostrado que cuando una cosa es muy cara, la solución más adecuada no suele ser endeudarse para poder pagarsela. Durante décadas, el crecimiento en esos países se ha basado en el endeudamiento progresivo de los hogares, con las consecuencias que sabemos hoy.
Con la crisis, muchas personas ya no tienen dinero de sobra para caprichos, y la restricción del crédito no permite endeudarse. Sin embargo, la necesidad de dar una imagen de si mismo más lujosa que la realidad sigue siendo muy presente, igual que la curiosidad por llevar cosas nuevas.
Las alternativas
Una posibilidad es recurrir a marcas baratas, incluso a copias de los originales (los hay ilegales y los hay legales, que juegan con un aspecto parecido, sin llegar a plagiar totalmente los productos). Sin embargo, esas copias no engañan a nadie, y las personas que quieren demostrar cierto estatus necesitan las verdaderas marcas.
La otra alternativa sería entonces la posibilidad de alquilar los accesorios. Pensándolo un poco, sería una actitud muy racional, ya que los elementos de moda se suelen llevar en contadas ocasiones, y los más lujosos únicamente para eventos importantes.
El riesgo del negocio
Evidentemente, montar un negocio de alquiler de accesorios de moda no está exento de riesgo. Como en todas las actividades de alquiler se corre el peligro de que la mercancía se dañe, se pierda o incluso se robe. Pero es un problema fácil de solucionar con garantías (por ejemplo la reserva de una cantidad en la tarjeta de crédito).
Destinado a las clases medias
No tendría sentido pretender que las clases con menos presupuestos pudiese acceder al servicio. Representaría un riesgo financiero demasiado grande, y a la larga, un problema de imagen para las marcas, que buscan la exclusividad. Este servicio estaría más bien destinado a personas de clase media capaces de pagar la garantía de los artículos, o a personas de clase alta deseosas de no comprar el artículo por pura lógica financiera (ya que se usa solo una vez).
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